El conocimiento como herramienta contra la discriminación: Trabajadoras del Hogar Trans marcan el rumbo
En esta entrevista, Francia Blanco nos invita a sumergirnos en el mundo de las luchas, conquistas y experiencias organizativas de SITRADOTRANS, el Sindicato de Trabajadoras Domésticas Transgénero de Nicaragua. Como representante de la organización a nivel mundial, Francia se especializa en proyectos de cooperación internacional. También se desempeña como Secretaria de Asuntos Internacionales en FETRADOMOV, la Federación de Trabajadoras Domésticas y de Oficios Varios de Nicaragua, afiliada a la Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar (FITH). Esta entrevista fue realizada por Fernanda Valienti, miembro del equipo de la FITH.
¿Cuándo y cómo se creó SITRADOTRANS? ¿Quién tuvo la iniciativa?
SITRADOTRANS se fundó en el año 2015 por iniciativa de Yadira Carrillo, Secretaria General desde su fundación; Andrea Morales, presidenta de FETRADOMOV; y quien les habla, Francia Blanco. Lo creamos porque vimos la necesidad de una organización que velara por los derechos laborales y el acceso al trabajo de las mujeres trans. Nos dimos cuenta de que la mayoría de las mujeres trans en Nicaragua se dedicaban al trabajo doméstico y a oficios varios, y que no tenían ninguna protección. Descubrimos esta realidad trabajando de cerca con personas con HIV. Esa experiencia reveladora nos dio una idea, y esa idea terminó convirtiéndose en un sindicato.
¿Con cuántos miembros cuenta SITRADOTRANS actualmente?
Contamos con 200 afiliadas y en pleno aumento, ya que en los últimos meses hemos hecho mucha actividad para incrementar la membresía, sumando afiliadas en ciudades y departamentos del país donde antes no teníamos presencia.
¿Cuáles son las principales actividades que desarrolla el sindicato y cuáles son sus metas?
Una de las principales actividades del sindicato es la formación y capacitación de nuestras afiliadas en materia de marco jurídico, sindicalismo, derechos laborales, Convenios 189 y 190 y sus recomendaciones. Estamos muy enfocadas en lograr que este año Nicaragua ratifique el C190.
También trabajamos intensamente en formar alianzas con otras organizaciones de la sociedad civil, como la Organización Internacional para las Migraciones, la FES, el CEPRESI (Centro para la Prevención del Sida), el Centro de Investigaciones y Estudios de la Salud de la UNAN, organizaciones trans como ANIT y Reacción Joven. Además, participamos en ferias educativas internacionales y en la Alianza Internacional por los Derechos Laborales de la Comunidad LGBTI, conformada por organizaciones de Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras. Actualmente estamos llevando a cabo una capacitación con la Alianza sobre acceso a la Justicia, derechos laborales y acceso a las fuentes de trabajo.
El principal objetivo de nuestro sindicato es llegar a la mayor cantidad de trabajadoras domésticas y de oficios varios trans y de la comunidad LGBTI, con alcance en todo el país y con una proyección de 300 afiliadas para fin de este año, no solo empoderando a las afiliadas en cuanto a capacitación sobre derechos, sino también en materia de incidencia política. Este año tenemos que hacer una fuerte incidencia para poner en agenda de los tomadores de decisiones el tema del acceso al trabajo decente por parte de la comunidad trans, ya que la mayoría de las chicas trans en Nicaragua ejercen el trabajo sexual o el trabajo doméstico informal y sin derechos como únicas alternativas.
¿Cuál es la situación de las trabajadoras domésticas trans en Nicaragua? ¿Cómo se encuentran en relación a los derechos laborales del resto de trabajadores y trabajadoras?
Por nuestra condición de trans, los empleadores se abusan y no respetan nuestros derechos. Los contratos son solo verbales y la explotación es mucha. Somos una población históricamente excluida. Si no concientizamos a las autoridades sobre esto y no presionamos para que nuestra situación sea puesta en la agenda pública, el problema nunca se va a solucionar. En ese camino estamos.
¿Hay avances en cuanto al trato y a los derechos del sector?
Sí, hay avances. Después de tantas acciones de incidencia, estamos viendo que en las maquilas las chicas trans están siendo tomadas en cuenta para ocupar cargos y ya no se las obliga a cortarse el pelo, vestirse como hombres y no maquillarse, es decir, a mutilar su identidad para conseguir un trabajo. Ahora vemos que se las ha empezado a valorar por sus capacidades. El sector de la maquila se ha sensibilizado. También es muy positivo el hecho de que los tomadores de decisiones nos estén recibiendo y escuchando nuestras demandas, lo cual antes no ocurría.
¿Qué desafíos tienen todavía por delante?
El principal desafío que tenemos por delante es lograr el cupo laboral trans en Nicaragua. Las instituciones públicas tienen que darnos un cupo en sus plantillas cuanto antes. El otro desafío prioritario es la ratificación del C190 en el país. Este año es clave, porque en noviembre hay elecciones presidenciales, lo que nos obliga a darnos prisa y a hacer incidencia no solo ante los gobernantes actuales, sino también ante los candidatos. Es un doble trabajo, pero vale la pena luchar por nuestros derechos como ciudadanas y trabajadoras. Estamos muy activas con campañas en la redes sociales: spots, videos, historias de éxito y de vida de trabajadoras trans.
Cuéntanos sobre tu historia personal y cómo llegaste a SITRADOTRANS
Nací en el departamento occidental de Chinandega, en Nicaragua, y a los 18 años emigré a Guatemala, por motivos familiares y para descubrir mi propia identidad. Allí ejercí el trabajo doméstico y caí en manos de personas sin escrúpulos, que me explotaron laboralmente. Pasé dos años recluida en una casa, donde trabajaba sin remuneración y en condiciones de explotación.
Después de cinco años en Guatemala, volví a mi país, donde seguí ejerciendo el trabajo doméstico, pero de manera informal. Nunca me formalizaban, porque hay una tendencia a violar los derechos humanos de las personas trans en Nicaragua. Así, por mucho tiempo trabajé cobrando menos de la mitad de un salario mínimo y sin ninguna otra prestación. La necesidad me obligaba, como a tantas otras trabajadoras del hogar en mi condición, a regalar mi trabajo por un plato de comida.
Fue entonces cuando decidí empezar a estudiar inglés, a capacitarme, y también decidí involucrarme en la actividad sindical. Hace tres años que colaboro con FETRADOMOV y SITRADOTRANS, y hoy me siento una mujer más segura y capaz de hacer respetar mis derechos.
¿Cuáles son tus propios desafíos y metas a nivel personal y laboral?
Uno de mis principales desafíos a nivel personal es poder culminar mi carrera de Trabajo Social. En cuanto a mi actividad sindical, mi mayor desafío es dar a conocer SITRADOTRANS a nivel internacional, sin perder nunca el foco en la defensa de los derechos laborales e individuales de las trabajadoras trans. Mi otro gran objetivo es sembrar esta semilla en trabajadoras más jóvenes, porque creo que el relevo generacional es indispensable en toda organización sindical y movimiento
¿Cuáles crees que son tus fortalezas y tus mayores aportes a SINTRADONTRANS?
Mi principal fortaleza es mi liderazgo. He podido desenvolverme bien en diferentes áreas y con diferentes públicos. Soy versátil, trabajadora y positiva. Creo que la sororidad y el compañerismo no pueden estar afuera del quehacer sindical. Por un lado, aporto mi experiencia y conocimientos técnicos para la recaudación de fondos y la parte comunicaciones. Y por otro lado, creo que mi propia imagen también es un aporte a la organización y al movimiento, a los fines de lograr la sensibilización de las autoridades, los empleadores y la población en general. Soy un testimonio viviente, y creo que tenemos que aprovechar esta fortaleza.
¿Cómo ves la situación de las trabajadoras trans en el mundo en general?
Hoy, a nuestra situación histórica de desprotección y explotación, se suman los efectos de la pandemia, que agudiza el desempleo y facilita el trabajo en condiciones precarias, sin acceso a derechos básicos y sin protección en materia de bioseguridad. A esto hay que agregar que la mayoría de las compañeras trans no conocen sus derechos. Somos un colectivo doblemente expuesto a los estragos de la pandemia.
Las acciones de incidencia y las actividades de capacitación impulsadas por FETRADOMOV y SITRADOTRANS son algo fuera de lo común. Para la FITH son un ejemplo de buenas prácticas. ¿Tienes conocimiento de algún sindicato similar en algún otro lugar del mundo? ¿Cómo ves la posibilidad de “exportar” el modelo de trabajo que ustedes crearon a otros países u organizaciones?
Somos un caso único en el mundo, y por eso estamos trabajando mucho en nuestra proyección internacional. La buena imagen que hemos transmitido al mundo nos ha llevado a ser consideradas por TRANSFOND para la realización de un proyecto de capacitación financiado por ellos. Este posicionamiento internacional también es fruto del lugar relevante que nos ha dado la FITH, visibilizándonos todo el tiempo y poniendo en la vidriera que somos trabajadoras y merecemos acceso al trabajo en condiciones dignas, con Seguro Social, un salario digno y un lugar de trabajo seguro y saludable.
El desconocimiento que tienen las trabajadoras trans sobre el marco jurídico que las ampara en sus países y sobre los instrumentos internacionales nos lleva a reflexionar sobre la urgente necesidad de exportar el modelo de SITRADOTRANS a todo el mundo y trabajar con organizaciones aliadas de otros países en estrategias acordes a cada contexto. El conocimiento es la herramienta básica de la lucha por nuestros derechos.